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Aceites ESENCIALES de Plantas Medicinales


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Los Oleos Esenciales se obtienen a través de destilación, extrayendo su característica odorífica. Siempre ha sido estudiado científicamente su beneficio para la salud humana, tanto física como mental y emocional; demostrándose de gran eficacia.

Los experimentos han conducido y sobre todo concluido que el uso tópico de oleos esenciales de plantas medicinales actúan a nivel del cerebro límbico proporcionando resultado favorables en lo que respecta al bienestar general de los seres humanos.

Es conocido que tenemos tres áreas encefalicas bien definidas por la evolución de las especies, en este caso sel ser humano. Dicho tres cerebros se distinguen principalmente por sus funciones, tenemos la corteza cerebral, el sistema límbico o cerebro límbico y el cerebro reptiliano (primitivo).

Las tres "áreas" son la corteza cerebral, el sistema límbico y el cerebro reptiliano


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Los cinco sentidos físicos obtienen continuamente información, que, podemos llamar sensaciones, enviándolas a través de los nervios al cerebro. Con esta información el cerebro elabora los famosos conceptos.


Los conceptos se forman, entonces, a partir de las experiencias sensoriales, resultando posteriormente el pensamiento y más misteriosamente las emociones.


La particularidad del olfato es que permite atravesar la corteza cerebral sin ser analizado por este sentido.


La vista, el gusto, el oído y el tacto, son “traducidos” por los conceptos ya formados a priori.

Por ejemplo al ver un lápiz, el cerebro busca en su memoria el concepto aprendido sobre el lápiz, nos dice que sirve para escribir.


Ir más allá del concepto nos induciría a usar el lápiz para otras cosas que no sea escribir, por ejemplo para hacer de tutor en una planta apenas crecida.


El sentido del olfato nos da cierta libertad, porque nos desprende del bagaje de conceptos acumulados.

Al sentir un aroma u olor, inmediatamente lo asociamos a algo o alguien, dependiendo del estado emocional en que nos encontramos. Pero lo más significativo es que puede producirse el efecto contrario, o sea viajar el flujo de información sensorial olfativa en dirección opuesta y entonces genera un estado emocional.

Vamos a un ejemplo: si sentimos el olor y aroma de la preparación de un plato, ese perfume nos puede llevar a nuestra infancia, si es que de pequeños nuestra madre o abuela nos cocinaba ese plato, con el mismo y exacto olor que estamos percibiendo, entonces, nuestro estado de animo puede cambiar, sentiremos emociones relacionadas con esa etapa de nuestra vida, que pueden ser positivas o negativas, generalmente es positiva si nos sentíamos protegidos por la alimentación que nos proporcionaban de chicos. Puede ser negativa si nos veíamos obligados a comer ese plato, a nuestro disgusto, quizás por razones económicas o de gustos de los mayores de la casa.

Así es que la corteza cerebral no interrumpe la cascada de emociones que se pueden presentar debido a un aroma.

Con las plantas medicinales sucede lo mismo, ellas donan su fragancia para promover estados de animo positivos, en múltiples direcciones, hacia la tranquilidad, paz, o hacia el amor y erotismo, también puede darnos voluntad y fuerza, como ingenio o ideas jamás pensadas.

Nos pueden quitar la ansiedad y el nerviosismo, así como la depresión y angustia. Claro, estamos hablando de condiciones no crónicas y ligeras.

Lo cierto es que las esencias naturales funcionan, confirmadas y corroboradas por los hechos.

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Otra cosa a citar, es que los perfumes sintéticos actúan generalmente en el cerbero reptiliano, aquel primitivo, donde predominan los instintos animales, como la sobrevivencia y la reproducción.

De ahí que las feromonas sean un ingrediente muy activo en los perfumes sintéticos, produciendo atracción o rechazo, generalmente del sexo opuesto.

Usar esencias de plantas naturales tiene una gran diferencia con usar perfumes sintéticos de alta gama.

En el instinto de reproducción para mantener la especie en vigencia, la creación utiliza el sentido del olfato, de ahí que muchas especies animales se aparean por olores expelidos ya sea de la parte femenina como masculina.

El ser humano no es la excepción.

La diferencia que tenemos en la vida, es que, somos los únicos que poseemos la corteza cerebral activa, allí se deciden los pensamientos, ideas, razones, lógicas, concatenación de conceptos en forma personalizada para dar con descubrimientos revolucionarios.

El famoso juicio a los demás, o prejuzgar depende del conocimiento intelectual almacenado y de la incapacidad de ser maleables, abiertos, dúctiles a la hora de razonar.

El sentimiento es más misterioso que el pensamiento, porque no se puede dominar, es como un animal salvaje, que caprichosamente hace lo que quiere, lo que siente.

Los oleos esenciales están disponibles para poder inducir a estados emocionales positivos.

Una persona en un jardín florido y aromático difícilmente se sienta mal, normalmente es una aliciente para llevarnos a estados de alegría, paz, felicidad, armonía y amor.

El hecho fundamental en este discurrir sobra la naturaleza y sus aromas, es que el ser humano ha podido identificar que esencia aromática actúa para desencadenar tal o cual emoción, estado de ánimo o sentimiento.

Si nos vamos a la historia de la humanidad, descubriremos con asombro que la primera civilización de la cual tenemos recuerdos, la Tibetana, clasificaba desde entonces los aromas, reuniéndolos en cinco esencias principales, luego continuaban con la sub clasificación.

Los Egipcios eran expertos en aromas conservadores, para inmortalizar el cuerpo de sus jerarquías, la renombrada momificación.

Los habitantes de la India actual, otrora llamada Perlandia, así era el nombre de una vasta región del Asia, no desconocían los bienes de los extractos vegetales. A tal punto que dicha tradición se ha mantenido hasta la fecha.


Volvemos y decimos que hay una gran diferencia entre los aromas sintéticos y los naturales. Hasta arriesgamos a decir que los perfumes y extractos artificiales, que además tienen un costo elevadísimo, no pueden actuar alejados de los instintos animalescos del hombre, en cambio los aceites esenciales al ser naturales favorecen la nobleza humana.

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Inclusive si aprendemos a combinar las plantas y sus extractos el favor que estas nos hacen se multiplica.

Las esencias naturales se han usado y se usan continuamente en nuestra vida cotidiana, ya sea para aromatizar alimentos y bebidas, en el marketing para forzar las compras, en la medicina para aliviar dolores humanos, en la psicología y psiquiatría para revertir situaciones mentales, en la agricultura para el control de hongos y plagas, incluso también sirven para el mismo fin en los animales y por cierto humanos, entre otras aplicaciones.

Los aceites esenciales se obtienen por destilación, donde el vapor de la planta en ebullición permite condensar su extracto, o puede ser a través de solventes.

Por ejemplo, si queremos extraer una compuesto de una planta, podemos macerarla en aceite y dejarla al sol por varias semanas, preferiblemente el sol veraniego, al cabo de ese tiempo tendremos un aceite esencial, que contiene los aromas de la planta en cuestión.

Claramente la extracción científica a través de destilación será un concentrado perfecto, de ahí que se le llame ESENCIA.


Normalmente se usan en forma tópica, sobre la piel, algunos pueden ser consumidos por el humano, con suma precaución y en ínfimas cantidades, por ejemplo: una gota de aceite esencial de Menta, podría dar sabor y olor a 10 litros de líquido.


En fin, y concluyendo, el uso de los aceites esenciales es un regalo de la naturaleza, que nos da todo sin nada pedirnos.

Con razón extrema, hay una plegaria, que dice: “ALABADO SEAS SEÑOR CREADOR DE TODOS LOS AROMAS”

JPEDR


 

 

 



 
 
 

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