Dicen los experimentados antropólogos, que tal reliquia de la humanidad, perteneciente a la cultura azteca, encierra un mensaje secreto: aquel del fin del mundo, o quizás de como finalizaría nuestra edad, nuestra sociedad y nuestra civilización, para dar paso a otra camada de humanos. Un eterno ciclo concatenado de nacimiento y muerte. 
Medir el tiempo, ha sido y quizás lo es una obsesión por parte de nosotros los seres humanos, por lo tanto los aztecas, toltecas y zapotecas, no fueron la excepción, basado en los ciclos de la Luna y el Sol, en su viaje a través de la Galaxia, con centro de gravedad en el Sol Sirio, esta lámina nos instruye diariemente -en caso de ser expuesta en nuestro hogar- sobre el pasaje del Tiempo. Nos ateveríamos a relacionarla con el proverbio latino "Tempus Fugit".